dimecres, 13 d’abril del 2011

EL SIGLO XVIII Y SU IMPORTANCIA EN LA HISTORIA MUNDIAL.

El siglo XVIII europeo es el periodo más importante de la historia mundial desde la revolución del Neolítico. Ningún otro siglo produce cambios tan importantes en el desarrollo de la humanidad. Tres grandes revoluciones confluyen en este siglo: la revolución industrial inglesa, la revolución intelectual de la Ilustración y la revolución política en Francia.
Inglaterra comienza la revolución agraria en el siglo XVII y continua la revolución industrial en el XVIII. No podemos concebir la revolución industrial sin el previo aumento del excedente agrícola. Las economías de subsistencia se caracterizan por el predominio del sector agrario. El excedente ya existe en las sociedades agrícolas. Sin el excedente no sería posible la sociedad de clases. Pero el excedente es tan mínimo que no permite liberar mano de obra agrícola para dedicarla a tareas industriales. Cuando aumenta la productividad agraria disminuye la necesidad de mano de obra dedicada al campo. La revolución agrícola acompaña la revolución urbana. Al haber más productividad también puede haber más población que no se dedique al campo. Así crecen las ciudades.
La nobleza inglesa expulsó del campo a los antiguos siervos mediante las "Enclosure Act" (Leyes de cercamiento). Así se crean las bases del moderno proletariado industrial. Se trata de trabajadores libres, pero desposeidos de la propiedad de la tierra. El siervo ahora es un trabajador libre, pero a cambio ha perdido la seguridad del sustentamiento. Por esto se verá obligado a vender su fuerza de trabajo. Expulsando a los siervos del campo la nobleza inglesa puso las bases del moderno capitalismo. Esto propiciará el auge de la nueva clase ascendente: la burguesía.
La revolución industrial fue acompañada del invento de nuevas máquinas de tejer. Ésto permitirá el auge de la industria textil. Con las nuevas máquinas se incrementará la producción textil. La revolución industrial también fue acompañada del descubrimiento de una nueva fuente de energía: el carbón. Ésto frenará la tala de árboles que amenazaba con deforestal Europa. La nueva fuente de energía dará un empuje decisivo a la producción industrial.
La revolución industrial comenzada en Inglaterra se expandirá pronto a los paises europeos cercanos. La revolución industrial provocará la más grande revolución demográfica jamás conocida. Ya habíaa habido revolución demográfica en Europa Occidental entre los siglos XI y XIII, pero no tenía nada que ver con la revolución demográfica del siglo XIX. Siempre que hay aumento del excedente crece la población porque hay más personas a las que poder alimentar. La nueva revolución demográfica será espectacular en comparación con la de los siglos XI al XIII. En el siglo XIX se dobla la población europea, cosa que no sucede en el periodo completo de los siglos XI al XIII.
Por su parte la revolución intelectual de la Ilustración será tan profunda y amplia como la industrial. El siglo XVIII pone las bases del racionalismo cientificista contemporáneo. Socava las bases del pensamiento religioso reduciéndolo a superstición. En toda la historia de la humanidad nunca antes se había negado tan profundamente las bases religiosas de la sociedad. Por primera vez se defiende la tolerancia como un valor, aunque sólo sea porque no hay argumentos fiables que garantizen la verdad de ninguna religión. En política el fundamento de legitimación ya no es la voluntad de Dios, sino la voluntad popular. El pensamiento político medieval también contemplaba la democracia como una de las formas legítimas de gobierno, pero entendida ésta dentro del contexto teológico de la época. Desde el punto de vista medieval el fundamento religioso era la garantía contra la tiranía o poder arbitrario. Pero ahora la voluntad general no tiene límites religiosos. El legislador ya no es Dios, sino el mismo pueblo en el ejercicio de la soberanía.
La revolución intelectual del siglo XVIII condiciona todo el desarrollo posterior del pensamiento occidental. Actualmente ya no hay la confianza ingenua de los ilustrados en la razón y el progreso. La racionalidad humana es más limitada de lo que pensaban los ilustrados y el progreso no es tan evidente después de las catástrofes del siglo XX, como el holocausto nazi. Los postmodernos a partir de estas tesis caen en el irracionalismo. Pero otros, como Jürgen Habermas (1929), mantienen que el modelo ilustrado no está agotado. Al contrario todavía está pendiente la realización del proyecto ilustrado. Los reaccionarios, básicamente los neotomistas, tienen un papel testimonial en el mundo actual. No han conseguido condicionar el mundo contemporáneo.
La revolución política en la Francia del siglo XVIII marca igualmente todo el mundo contemporáneo. Kant celebró la Gran Revolución diciendo que por primera vez el hombre se hacía el dueño de su destino histórico. Ciertamente éste es el significado de la revolución francesa.
Por primera vez se dta al pueblo de una Constitución que no proviene de la gracia de Dios. El poder político reside en el pueblo. La Asamblea Constituyente se transforma en Asamblea Nacional. Más tarde durante el poder de los jacobinos recibirá el nombre de Convención. La Constitución limita el poder del rey. Pero los acontecimientos políticos conducirán a Francia a la proclamación de la Primera República el 10 de Agosto de 1792. Los jacobinos darán un golpe de Estado en Mayo de 1793 y se harán con el control absoluto de la Asamblea. Se inicia así el periodo del Terror.
La revolución francesa destruye la división estamental de la sociedad feudal. Los Estados Generales votaban por estamentos. De esta manera ganaban siempre los estamentos privilegiados: la nobleza y el clero. El Tercer Estado eran mayoría en número de representantes, pero como era un solo Estado salían siempre perdiendo. Con el principio: un hombre, un voto ahora tenían la representación mayoritaria de la nación. Se crean así las bases de la moderna democracia representativa. No debemos olvidar que la revolución francesa es una revolución de las clases medias. El Cuarto Estado queda excluido. Se trata de una revolución burguesa. Las clases medias se hacen así con la representación nacional. Este hecho será decisivo en la historia de la Europa contemporánea. La revolución francesa ha tenido más influencia política que la revolución soviética de 1917. No obstante el papel del Cuarto Estado marcará todo el siglo XIX y parte del XX. Pero su influencia se ha reducido a llevar a coherencia el concepto democrático de las clases medias.
Con esta perspectiva ya podemos ver como el siglo XVIII es decisivo en el progreso general de la humanidad.

JOAN PERE SALMERÓN I CLARES. (19-IV-2011)